¿Qué es la disfagia y cómo afecta a las personas adultas con síndrome de Down?

La dificultad para deglutir (tragar) es conocida como disfagia, una realidad que afecta especialmente a la salud de las personas adultas con síndrome de Down y que desde el Programa de Salud de Down España consideran relevante dentro de la etapa de vida adulta y edad avanzada.

Según Ester Gómez, logopeda de uno de los programas de Síndrome de Down Castelló, el abordaje de la afección dentro de esta etapa vital tiene como punto de partida la peculiar anatomía de la faringe de las personas con síndrome de Down (SD). Esto hace que haya una mayor predisposición a tener este tipo de trastorno, más aún cuando se inicia la etapa de envejecimiento o en fases avanzadas de la enfermedad de Alzheimer (patología que tiene una alta probabilidad de desarrollarse en personas con SD).

Pero ¿qué es la disfagia? Es la dificultad o imposibilidad para deglutir (tragar). Como hemos apuntado anteriormente, las personas con SD presentan unas características fisiológicas específicas que pueden influir en las funciones que realizamos con los órganos bucofonatorios (labios, lengua, mejillas, paladar, etc.) encargados de: masticar, deglutir o hablar. Estas características no se dan siempre, ni de la misma forma, en todas las personas con SD. Algunas de estas características son:

  • Hipotonía de todos los músculos orofaciales.
  • Dificultad para coordinar los movimientos de la lengua.
  • Paladar ojival.
  • Frecuentes infecciones respiratorias.
  • Alteraciones en la dentición.
  • Sellado labial insuficiente.
  • Anatomía peculiar de la faringe.

Es por ello, que los problemas de masticación y deglución son frecuentes en las personas con síndrome de Down, pudiendo, en ocasiones, atragantarse con la comida o con los líquidos, aunque rara vez conlleva gravedad o alto riesgo.

Os proponemos a continuación algunas pautas/recomendaciones en el caso de que se detecte esta dificultad en la deglución:

  • Recordar la necesidad de comer despacio y masticando bien.
  • Evitar comer de forma compulsiva y rápida.
  • Tener en cuenta la consistencia, el tipo y el tamaño del alimento, sobre todo, si aparecen problemas con la formación del bolo alimenticio y la deglución.
  • Beber agua o líquidos mientras comemos, haciendo pequeñas pausas para ayudar a limpiar de posibles restos el recorrido del alimento.
  • No sobredimensionar estas circunstancias para evitar una somatización centrada en esta área corporal que pudiera desembocar en aversión a la comida.
  • Tener en cuenta que, en fases avanzadas de la enfermedad de Alzheimer, la dificultad en la deglución sí puede ser un problema grave.
  • Si existen problemas de disfagia, debemos estar atentos, ya que una de las complicaciones que puede surgir es que se ocasione una neumonía llamada “por aspiración” (el alimento puede pasar a las vías respiratorias).

Si aparecen con frecuencia episodios de atragantamiento o dificultad para masticar o tragar, sería conveniente consultar con el/la profesional adecuado/a (médico de familia, otorrino, foniatra, logopeda…), quien realizará las derivaciones oportunas para realizar una valoración y determinar las medidas a tomar. Comentar también, que existen herramientas o test que pueden ayudar a detectar una posible disfagia.

En caso de que necesitéis más información al respecto o tengáis alguna inquietud, no dudéis en consultar al Programa de Envejecimiento. Podéis hacerlo llamando al 964 25 14 27 y preguntando por Sonia o Lorena o bien, enviando un correo electrónico a tsocial@downcastellon.com.

Desde el Programa de Envejecimiento agradecemos a Ester la elaboración de esta publicación tan interesante. Gracias a ella hemos podido saber más de este problema específico de salud en personas con síndrome de Down.